STATEMENT
“La memoria es un río habitado por peces esquivos. Se parece mucho a un cuadro de Paul Klee. A veces, los recuerdos brincan fuera del agua y enseñan su lomo plateado y curvo. Pero en otras ocasiones necesitamos pescarlos. Los objetos son anzuelos para pescar recuerdos. O redes barrederas para lo mismo. Son despertadores de la memoria.”
Mellado, 1999
Siempre provocaron en mí una irresistible fascinación los objetos antiguos. Quizá esto se debe a todas las huellas de existir que les acompañan. Algunos muestran con cruel evidencia el uso, se nos muestran ajados, a punto de convertirse en ruina. Esos objetos fueron vividos y las huellas de vida, visibles o no están ahí. Y eso les hace mágicos. Puedo pensar en esas personas que los tocaron y usaron, puedo reconocerme viviendo objetos similares. Estos objetos funcionan como despertadores de memoria.
Me gusta pensar que en mis cuadros sucede lo mismo. En ellos acumulo capas de imágenes como la vida suma capas de de sentido en esos objetos antiguos, como el vivir llena de recuerdos nuestra memoria. Pero como diría Paul Klee "la memoria es un río habitado por peces esquivos", nuestra memoria no es un archivo ordenado y accesible. En mis cuadros la acumulación de capas de imágenes e historias conforma superficies pictóricas complejas, donde la figura humana parece estar a punto materializarse o de desaparecer. Sin embargo los rostros permanecen casi intactos, quizás últimos bastiones de la identidad y del recuerdo.
La memoria individual no puede separarse fácilmente de la colectiva, nuestras vidas se inscriben en unos determinados marcos sociales, la sociedad determina lo que debe ser recordado. Intentando establecer un diálogo entre la memoria íntima y la colectiva escojo motivos que puedan activar la memoria del espectador como la infancia o las vacaciones navideñas. Buscando esa empatía utilizo fotografías de álbumes familiares, pero a la vez planteo una reflexión sobre la importancia de los medios en la construcción de la memoria incluyendo imágenes de los mass media. También me acerco a la memoria de forma subjetiva e impulsiva incorporando imágenes a partir de las asociaciones sentimentales y abstractas que me sugiere un tema.
Para hablar de la memoria intento que el proceso pictórico se asemeje al propio devenir, la pintura, el collage y el dibujo me sirven para sumar capas de imágenes y de sentido. Como ocurría en esos objetos antiguos de los que he hablado antes los cuadros se llenan de huellas y de historias. Sus imágenes buscan empatizar con la memoria y los recuerdos del propio espectador. Sus superficies, a veces caóticas, a veces más nítidas, intentan emular el aspecto borroso de nuestra memoria, olvidadiza y abocada al olvido.
Pilar López Báez
Mellado, 1999
Siempre provocaron en mí una irresistible fascinación los objetos antiguos. Quizá esto se debe a todas las huellas de existir que les acompañan. Algunos muestran con cruel evidencia el uso, se nos muestran ajados, a punto de convertirse en ruina. Esos objetos fueron vividos y las huellas de vida, visibles o no están ahí. Y eso les hace mágicos. Puedo pensar en esas personas que los tocaron y usaron, puedo reconocerme viviendo objetos similares. Estos objetos funcionan como despertadores de memoria.
Me gusta pensar que en mis cuadros sucede lo mismo. En ellos acumulo capas de imágenes como la vida suma capas de de sentido en esos objetos antiguos, como el vivir llena de recuerdos nuestra memoria. Pero como diría Paul Klee "la memoria es un río habitado por peces esquivos", nuestra memoria no es un archivo ordenado y accesible. En mis cuadros la acumulación de capas de imágenes e historias conforma superficies pictóricas complejas, donde la figura humana parece estar a punto materializarse o de desaparecer. Sin embargo los rostros permanecen casi intactos, quizás últimos bastiones de la identidad y del recuerdo.
La memoria individual no puede separarse fácilmente de la colectiva, nuestras vidas se inscriben en unos determinados marcos sociales, la sociedad determina lo que debe ser recordado. Intentando establecer un diálogo entre la memoria íntima y la colectiva escojo motivos que puedan activar la memoria del espectador como la infancia o las vacaciones navideñas. Buscando esa empatía utilizo fotografías de álbumes familiares, pero a la vez planteo una reflexión sobre la importancia de los medios en la construcción de la memoria incluyendo imágenes de los mass media. También me acerco a la memoria de forma subjetiva e impulsiva incorporando imágenes a partir de las asociaciones sentimentales y abstractas que me sugiere un tema.
Para hablar de la memoria intento que el proceso pictórico se asemeje al propio devenir, la pintura, el collage y el dibujo me sirven para sumar capas de imágenes y de sentido. Como ocurría en esos objetos antiguos de los que he hablado antes los cuadros se llenan de huellas y de historias. Sus imágenes buscan empatizar con la memoria y los recuerdos del propio espectador. Sus superficies, a veces caóticas, a veces más nítidas, intentan emular el aspecto borroso de nuestra memoria, olvidadiza y abocada al olvido.
Pilar López Báez